Es cierto que el ejercicio, especialmente el
aeróbico, consume calorías y que deriva su combustible de los depósitos de
grasa y por tanto este tipo de actividad física ayuda a eliminarlos.
Sin embargo, los expertos están de acuerdo en
que el ejercicio de intensidad moderadamente elevada, alrededor del 70-80%,
mantenido durante unos 30 minutos es el mejor modo de quemar los depósitos de
grasa y proporciona mejores resultados que si realizas carreras de baja
intensidad hasta caer rendido.
Es preciso que la intensidad alcance un cierto
ritmo cardiorrespiratorio y que active la transpiración para que el cuerpo
recurra a los adipocitos como combustible.
De manera que si incorporas sesiones de
bicicleta estática, cinta de andar, máquina de remo o de subir escaleras a
tu rutina, empezarás a librarte paulatinamente del tejido adiposo.
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