1. Dieta equilibrada: Deben evitarse las frituras, los chocolates, el alcohol, los postres,
los dulces y el exagerado consumo de carne roja. Cereales integrales, lácteos
descremados, frutas, verduras, legumbres y un limitado consumo de pollo y
pescado deben constituir las bases de la dieta diaria. Además, nada de excesos
o "atracones de comida", y alcohol .
2. Actividad física aeróbica regular : Con 25 minutos tres veces por semana es suficiente, aunque se puede
llegar hasta los 40 minutos. Las actividades ideales son: ciclismo, footing
(trotar o correr), natación o gimnasia aeróbica (como steps o aerobox).
3. Ejercicios localizados : No es necesario dedicar largas horas de entrenamiento, ya que unos
pocos minutos distribuidos entre 5-7 ejercicios
es más que suficiente. Es recomendable realizar los abdominales todos los días,
menos el domingo (se utiliza como día de descanso). La clave es la continuidad
más que la cantidad.
4. Beber agua: Se
recomiendan 2 litros
por día (unos 8 vasos) para eliminar toxinas y purificar al organismo. A
diferencia de otras bebidas, el agua sólo produce beneficios para el cuerpo.
Eso sí, existe una forma adecuada para beber agua: lejos de las comidas (al
menos 30 minutos antes o despues de comer); antes, durante y después de la
actividad física; siempre de a sorbos o tragos pequeños y no grandes cantidades
de una vez; tratar de no beber muy tarde a la noche para evitar levantarse de
la cama para ir al baño.