Buscar este blog
jueves, 17 de noviembre de 2011
Ejercicios
Etiquetas:
abdomen,
abdominales,
ejercicios,
gimnasio,
quemar calorias,
quemar grasa,
rutina
La rutina
1ª semana: 1 serie de 10 repeticiones por cada ejercicio.
2ª semana: 2 series de 10 repeticiones c/u por cada ejercicio.
3ª semana: 3 series de 10 repeticiones c/u por cada ejercicio.
4ª semana: 3 series de 12 repeticiones c/u por cada ejercicio.
5ª semana: 3 series de 14 repeticiones c/u por cada ejercicio.
6ª semana: 3 series de 16 repeticiones c/u por cada ejercicio.
7ª semana: 3 series de 18 repeticiones c/u por cada ejercicio.
8ª semana: 3 series de 20 repeticiones c/u por cada ejercicio.
+ de la 9ª semana: Se puede mantener la misma cantidad de series y repeticiones que la 8ª semana o aumentar gradualmente de a 2 o 5 repeticiones por serie por cada semana. El "máximo" recomendado son 3 series de 30 repeticiones c/u por cada ejercicio, y el "ideal" es el que se describe en la 8ª semana
Etiquetas:
abdomen,
abdominales,
ejercicios,
quemar calorias,
quemar grasa,
rutina
Abdominales en 8 semanas
1. Dieta equilibrada: Deben evitarse las frituras, los chocolates, el alcohol, los postres,
los dulces y el exagerado consumo de carne roja. Cereales integrales, lácteos
descremados, frutas, verduras, legumbres y un limitado consumo de pollo y
pescado deben constituir las bases de la dieta diaria. Además, nada de excesos
o "atracones de comida", y alcohol .
2. Actividad física aeróbica regular : Con 25 minutos tres veces por semana es suficiente, aunque se puede
llegar hasta los 40 minutos. Las actividades ideales son: ciclismo, footing
(trotar o correr), natación o gimnasia aeróbica (como steps o aerobox).
3. Ejercicios localizados : No es necesario dedicar largas horas de entrenamiento, ya que unos
pocos minutos distribuidos entre 5-7 ejercicios
es más que suficiente. Es recomendable realizar los abdominales todos los días,
menos el domingo (se utiliza como día de descanso). La clave es la continuidad
más que la cantidad.
4. Beber agua: Se
recomiendan 2 litros
por día (unos 8 vasos) para eliminar toxinas y purificar al organismo. A
diferencia de otras bebidas, el agua sólo produce beneficios para el cuerpo.
Eso sí, existe una forma adecuada para beber agua: lejos de las comidas (al
menos 30 minutos antes o despues de comer); antes, durante y después de la
actividad física; siempre de a sorbos o tragos pequeños y no grandes cantidades
de una vez; tratar de no beber muy tarde a la noche para evitar levantarse de
la cama para ir al baño.
Etiquetas:
abdominales,
adelgazar,
calorias,
como adelgazar,
ejercicios,
quemar grasa
Quinto paso: Activar el metabolismo
Una vez que establezcas y sigas una dieta
limpia, que hayas incluido en tu rutina el ejercicio cardiovascular y que entrenes con rigor y peso lo suficientemente pesado como para aumentar en
todo lo posible la masa muscular general, además de hacer el ejercicio
específico para la musculatura del abdomen, ya estas en la senda correcta y
sólo nos queda esperar para ver como se define gradualmente y la cintura va
adquiriendo más dureza y van apareciendo bien dibujados esos músculos
abdominales que cambiarán por completo tu estética corporal, proporcionando
una mayor fuerza visual, belleza y sensación de mayor tamaño en el resto del
cuerpo, puesto que ópticamente al reducir la cintura parece que automáticamente
los hombros se han ensanchado, así como la espalda y las piernas.
Si esperas alcanzar un grado aceptable de definición muscular, es imprescindible seguir una dieta libre de grasas y azúcares.El músculo como tejido metabólicamente activo que es consume muchas calorías, por eso cuanto más masa muscular se tenga más calorías se podrán ingerir sin que éstas se transformen en grasa.
Etiquetas:
abdomen,
abdominales,
adelgazar,
gimnasio,
quemar grasa
Cuarto paso: Abdominales musculosos
Si pierdes peso graso y eliminas la
adiposidad de tu cintura de hecho que ésta lucirá mejor, pero para
que ésta adquiera realmente esas formas atléticas y musculosas es preciso
trabajar directamente la musculatura de la pared abdominal.
Esos músculos tan atractivos con forma de
tableta de chocolate que todos admiramos constituyen el recto abdominal. Aunque
se trata de un solo músculo largo dividido en cuadrados separados por una línea
central, la línea alba, que va desde la pelvis hasta la parte inferior del
tórax, aunque se suele conocer popularmente como abdominales superiores e
inferiores.
Los primeros van del ombligo al pecho y los
segundos del ombligo a la pelvis. Esta pared muscular se activa fuertemente
cuando acercamos el torso a las piernas o viceversa.
El movimiento más clásico para trabajar las
abdominales es la elevación de tronco en tabla inclinada, pero aunque puedes realizarlo pues es eficaz, resultan más directos y confortables los movimientos
de tipo de contracciones o encogimientos. Las de torso afectan especialmente a la parte
superior del abdomen y las contracciones inversas, llevando las piernas al
tronco, a la inferior.
Elevaciones de tronco en tabla inclinada:
Las clásicas flexiones de tronco podéis
hacerlas en el suelo o en una tabla inclinada.
Mantén las piernas flexionadas, para evitar
una tensión innecesaria de la zona lumbar, y las manos sobre el pecho o detrás
de la nuca.
Elévate lentamente y realiza un movimiento corto
que no te lleve a tocar la tabla, o el suelo, con la espalda superior en el
descenso, porque eso pondrá una tensión innecesaria en la zona lumbar. Básicamente este es un ejercicio de recorrido
corto.
Contracciones de tronco: Las contracciones son todavía un movimiento
más reducido que el anterior, pero ahí estriba su eficacia para fortalecer la
musculatura de la pared abdominal.
Acuestate boca arriba y mantén las piernas
flexionadas formando un ángulo recto con el suelo, puedes mantenerlas elevadas
en el aire y cruzadas entre sí o bien descansando las pantorrillas sobre una
banca, una silla o cualquier superficie. Las manos se sitúan delante del pecho o detrás
de la nuca y se eleva el tronco sólo lo necesario para que la parte superior de
la espalda se despegue del suelo, pero no la zona media y baja que permanece
siempre en contacto con él. Una vez levantado se mantiene así mientras se
aprieta el abdomen conscientemente durante un par de segundos antes de regresar
atrás lentamente.
Contracciones inversas
Es básicamente el mismo ejercicio pero en esta
ocasión el torso permanece inmóvil. Es decir manteniendo la espalda pegada al
suelo, o sobre una banca, y mientras las piernas se hayan flexionadas y juntas,
desde ahí se llevan las rodillas hacia el pecho en lugar de tratar de llevar el
pecho hacia la pelvis. Aquí hay que marcar igualmente una pausa con
las rodillas próximas al pecho.
Elevaciones de piernas
Las elevaciones de piernas trabajan toda la
zona abdominal, aunque lo hacen con mayor incidencia sobre la parte más
inferior de la pared abdominal, desde el ombligo hasta el pubis. Este ejercicio podéis hacerlo mientras se está
colgado de una barra, sentado en el borde de una banca o incluso estirado en el
suelo.
Sea como sea, procurad que al realizar las
elevaciones de piernas éstas mantengan una ligera flexión de rodillas en todo
momento.
Entrenar oblicuos e intercostales
Los oblicuos son dos músculos largos que hay a
cada lado de la cintura, pero no os recomiendo su entrenamiento directo porque
ya se afectan con una gran variedad de movimientos, entre los que se cuentan
los de las abdominales y sobre todo porque su desarrollo equivaldría a
ensanchar la cintura, algo que nadie que quiera una cintura pequeña y prieta
desea.
Los intercostales por el contrario no pueden
nunca desarrollarse en exceso porque son músculos muy pequeños, son esos que
tienen forma de dedos y que se encuentran transversalmente a cada lado de los
abdominales y cerca del pecho.
Cuando la grasa es baja y éstos están
desarrollados, contribuyen de forma extraordinaria a dar una ilusión de cintura
más dura y pequeña, mejorando la estética general de la zona media.
Para activarlos bastará con hacer algunas
series en los ejercicios que acabamos de mencionar en las que os inclinéis
hacia los costados, es decir llevando el codo derecho hacia la rodilla
izquierda y viceversa.
Bastará con realizar tres series de cada
ejercicio de unas 15 o 20 repeticiones.
Para mayores resultados escoged varios
movimientos, combinando unos para la parte superior con otros para la inferior,
así como para los intercostales, y haced una serie de cada uno seguida, sin
descanso entre ellas.
Descansa sólo después de haber realizado
todas las series del circuito, es decir una de cada ejercicio.
Etiquetas:
abdominales,
ejercicios,
intercostales,
oblicuos
Tercer paso: Ganar músculo para perder grasa
Está absolutamente comprobado que el músculo
como tejido funcional y activo necesita calorías aun en estado de reposo,
porque a diferencia de la grasa que es un tejido metabólicamente inactivo,
puesto que sólo representa una reserva de calorías, en él siempre hay actividad
metabólica, es decir que aumenta el gasto calórico.
Eso significa sencillamente que a mayor masa
corporal magra, o sea muscular, más calorías quemará el cuerpo aunque no
realice ninguna actividad.
Así dos personas que pesen igual pero una
tenga una masa magra superior a la otra cuya masa grasa equivale al peso, la
primera necesitará más calorías para mantenerse que la segunda. Dicho de otra forma, ésta puede comer más sin
engordarse.
Después de décadas de experiencia se da por
sentado que a la hora de ganar masa muscular el entrenamiento pesado de los
grandes grupos corporales es el mejor método. Para ello se recomienda el empleo de series de
entre seis y diez repeticiones.
Entre los ejercicios más eficaces se
encuentran las sentadillas, la prensa, los presses de banca y de hombros, las
dominadas y los remos, etcétera.
Por tanto, entrenad con pesos pesados todos los
grandes grupos porque haciéndolo no sólo aumentaréis vuestra musculatura en
espalda, piernas, pectoral, hombros y brazos, sino que os será más fácil
eliminar la grasa y permanecer definidos.
Etiquetas:
abdomen,
mancuernas,
pectoral,
sentadillas
Segundo paso: El ejercicio para quemar la grasa
Es cierto que el ejercicio, especialmente el
aeróbico, consume calorías y que deriva su combustible de los depósitos de
grasa y por tanto este tipo de actividad física ayuda a eliminarlos.
Sin embargo, los expertos están de acuerdo en
que el ejercicio de intensidad moderadamente elevada, alrededor del 70-80%,
mantenido durante unos 30 minutos es el mejor modo de quemar los depósitos de
grasa y proporciona mejores resultados que si realizas carreras de baja
intensidad hasta caer rendido.
Es preciso que la intensidad alcance un cierto
ritmo cardiorrespiratorio y que active la transpiración para que el cuerpo
recurra a los adipocitos como combustible.
De manera que si incorporas sesiones de
bicicleta estática, cinta de andar, máquina de remo o de subir escaleras a
tu rutina, empezarás a librarte paulatinamente del tejido adiposo.
Etiquetas:
abdomen,
aerobicos,
bajar de peso,
como adelgazar,
quemar calorias,
quemar grasa
Primer paso: Seguir una dieta apropiada
Cuando hablamos de reducir el porcentaje de
grasa corporal es obligatorio hacerlo de los hábitos alimenticios, porque ni
que decir tiene que no es posible eliminar el exceso de peso graso sin
modificarlos.
El primer paso para buscar la definición es
limpiar la dieta, es decir eliminar todos aquellos alimentos que contribuyen a
incrementar la ingestión calórica y a aumentar los depósitos de grasa, como los
fritos, los embutidos, las conservas, las mantequillas, las salsas y las grasas
animales, así como todos los productos azucarados o derivados de la repostería.
En el primer caso su eliminación está justificada
porque cada gramo de grasa aporta nueva calorías, mientras que la misma
cantidad de proteína o de carbohidrato solo cuatro, menos pues de la mitad, lo
que significa que simplemente reduciendo las grasas se recorta la ingestión
calórica final, algo imprescindible para que el cuerpo recurra a sus depósitos
de reserva. Además, las grasas de los alimentos son
químicamente similares a las del tejido adiposo, de forma que éstas se
convierten con extrema facilidad en grasa corporal.
En el segundo caso cualquier azúcar produce
tras su consumo una liberación de la hormona insulina, la responsable de
regular el nivel de glucosa en sangre, pero también la de acumular todo exceso
de energía en tejido adiposo. Dicho de otra forma, cualquier cosa dulce aun
sin ser una grasa, en el cuerpo se transforma con suma facilidad en ella,
debido a la acción lipogénica de la insulina.
Los carbohidratos rápidos y de alto índice
glucémico, así como los azúcares simples tales como frutas muy dulces como la
uva o los higos, cualquier tipo de caramelo o pasteles, así como los demás
productos de bollería, las bebidas refrescantes, los zumos, el pan blanco, son
los que hay que evitar a toda costa.
Si en vuestra dieta habitual hasta ahora
figuraban este tipo de alimentos en abundancia, id reduciéndolos de forma
paulatina y gradual, para evitar un cambio demasiado brusco.
Como es evidente debéis sustituirlos por otros
hasta que la dieta quede configurada sólo por alimentos limpios y saludables
tales como verduras y hortalizas, copos de avena, arroz y pasta integral,
patatas y boniatos, cereales y una pequeña cantidad de fruta del tipo cítrico,
que constituirán sus fuentes de carbohidratos.
Las carnes magras de ternera y caballo, las
aves de corral como pollo o pavo sin la piel, los pescados y los huevos,
representarán el aporte de proteínas.
En cuanto a las grasas de la dieta no os
preocupéis especialmente porque las obtendréis del aceite del aliño de las
ensaladas o de cocinar los alimentos, así como de algunos pescados, de las
propias carnes magras, la yema de los huevos y los frutos secos.
Bebe mucho agua fuera de las comidas, porque
con ello activaréis la diuresis y los procesos de eliminación.
Repartid el volumen de alimentos en varias
pequeñas comidas al día, mejor cinco o seis que tres opulentas.
Ingerid más calorías en la mañana y justo
después de entrenar y con moderación en el resto.
Moderad el consumo de los carbohidratos de forma
que los feculentos, como las patatas, el arroz, la pasta o los tubérculos no
formen parte del menú después del mediodía, así en la tarde y la noche emplead
sólo los fibrosos y con moderación, es decir las verduras, las hortalizas y las
ensaladas.
Etiquetas:
abdomen,
abdominales,
adelgazar,
peso,
quemar grasa
LA BIBLIA PARA MARCAR LOS ABDOMINALES
ABDOMINALES EN 5 PASOS
Sobre todo cuando se acerca el buen tiempo es
cuando más importancia se da a tener unos abdominales definidos y exentos de
adiposidad.
En el caso de los culturistas de competición
éstos buscan recortarse ante una competición, pero los demás lo hacen para
lucir su forma física en la playa o la piscina.
Y es que no hay duda que una zona media dura,
de abdominales firmes y bien dibujados aumenta la fuerza y el atractivo del
todo el cuerpo. Tanto sobre un escenario como en la playa o la
piscina, cuando observamos una figura humana el eje fundamental de su estética
lo representa la cintura.
El epicentro estético y visual del cuerpo es
la zona media y no sólo porque constituye el centro anatómico del mismo, sino
porque su buena forma es el barómetro por el que se puede medir el estado de
forma general.
No es posible tener unos abdominales
recortados y al mismo tiempo presentar flaccidez en el pecho, la espalda o las
piernas, como tampoco es probable tener una cintura tapada y fofa y por el
contrario tener buen aspecto en pecho, espalda o piernas. La belleza física ya la plasmaron los griegos
en sus esculturas hace más de dos milenios, fundamentalmente mediante una
cintura dura y musculada.
Alcanzar una zona media dura como el granito
debería ser una prioridad absoluta tanto para los hombres como para las
mujeres, porque su estética se verá enormemente mejorada, además de que su
salud se verá enormemente reforzada.
Si sigues estos cinco pasos podrás lucir esa
zona media fantástica que hará que seas el centro de atención y de admiración
de ambos sexos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)